Capitulo 1 Capitulo 2 Capitulo 3 Capitulo 4
Capitulo 5 Capitulo 7 Capitulo 8 Capitulo 9

Capitulo 10

 

CAPITULO SEIS: EL SECRETO DE HERMIONE

 

                Harry abrió los ojos poco a poco, y pudo ver las siluetas de Ron y Hermione.

                -Por fin despiertas-oyó decir a Hermione-llevas en la enfermería dos días, y la señora Pomfrey nos decía que seguías sin abrir los ojos, nos estábamos asustando

                Ron le dio las gafas. Harry se las puso.

                -Dumbledore te las volvió a recomponer-le informó Hermione, parecía que Ron prefería no hablar

                Harry se incorporó. Miró a Ron, que tenía los ojos muy abiertos.

                -Ha sufrido un shock-dijo Hemione

                -Ron, ¿estás bien?

                -Yo...-tartamudeó-yo te hice esto, yo tengo la culpa de todo, no tenía que haber dicho esas cosas de ti, no...

                -Olvídate de eso quieres, no... yo también me pasé mucho, estuve a punto de...

                Ron alargó la mano, y Harry la agarró con fuerza. Los dos se miraron a los ojos y sonrieron. En ese instante entró Dumbledore.

                -Veo que ya te has recuperado, Harry

                -Sí, ya estoy algo mejor

                -Me alegro. Ron, ¿tú también te has recuperado del shock?

                -Sí, estoy bien

                -¿Habéis hecho las paces?

                -Sí, ya está todo arreglado

                Dumbledore miró a los tres complaciente.

                -Y tú, Hermione, ¿qué tal?

                -A... a mí no me ha ocurrido nada, director

                -No intentes ocultarlo, Parvatti y Leavender me informaron

                -Supongo que... que... estoy mejor, gracias

                -Eso espero, si necesitas hablar ya tienes la contraseña. Bueno, os dejo, tengo mucho que hacer-Dumbledore se acercó a la puerta

                -¡Espere!-gritó Harry

                -¿Qué ocurre?

                -¿Por qué me desmayé?

                -No tengo una respuesta segura a esa pregunta, pero pienso que lo que hizo Ron te causó un efecto parecido al de los dementores: hizo que te acordaras de todo lo que has pasado en tu vida

                Harry miró a Ron.

                -No creo que Ron se parezca en nada a un dementor... bueno... quizás su piel también sea algo escamosa...

                Los tres rieron juntos por primera vez en ese día. Dumbledore abrió la puerta, y mientras salía sonrió a los, recién reconciliados, amigos.

                Harry se sentía muy bien, había recuperado a su mejor amigo, pero tenía una duda.

                -Oye, ¿qué te pasaba a ti, Hermione?

                -Nada, no os preocupéis, cosas mías-dijo, y les desvió la mirada

                En ese momento entró la señora Pomfrey, que los miró y les sonrió, debía estar al tanto de todo.

                -Harry, ya te puedes ir, a dicho Dumbledore que estás mejor

                -Sí, estoy harto de la enfermería-la señora Pomfrey se indignó-pero no de la hermosa dama que tenemos como enfermera-está vez se sonrojó

                La señora Pomfrey, aún con la cara del color del pelo de los Weasly, corrió la cortina que había la lado de la cama de Harry.

                -Ahora vístete

 

                Al día siguiente, cuando llegaron a la puerta de Pociones, se sorprendieron; los de Slytherin estaban en el lugar de los de Hufflepuff.

                -¡Eh!¿qué hacéis aquí?-le dijo Ron a Malfoy-se supone que Pociones la damos con los de Hufflepuff

                -Al parecer hubo una confusión-les informó Seamus Finnigan-y ahora tenemos que aguantarles

                -¿Qué te pasa Weasly?¿te molesta que Snape le quite puntos a Griffindor gracias a mí? pues me parece que este año vais a perder más que nunca, porque Snape está al corriente de lo que dijiste de mí en la enfermería-Ron no se molestó

                -Ya veremos quién pierde más puntos este curso con nuestro nuevo equipo de Quiddicht-le retó Harry, que acababa de llegar

                -¿Ha... habéis hecho las paces?

                -¿Te sorprende?

                -¡Pero Ron-esa era la primera vez que Malfoy llamaba a Ron por su propio nombre-él te quitó la novia!

                -Lo pasado, pasado está ¿no?

                Snape abrió la puerta y les hizo pasar. La clase comenzó igual de aburrida que siempre, pero de repente Malfoy gritó:

                -¡Profesor!¡Weasly me ha tirado este papel lleno de insultos!

                -¡¡Calla Malfoy!!-todos los alumnos tenían la boca abierta, Snape se acercó al pupitre de Malfoy y le quitó con brusquedad el papel de las manos-. ¡No me creo que, con esa letra, la carta sea del señor Weasly, más bien, se me parece a su letra!

                La clase continuó, pero a cada momento, Snape le quitaba puntos a Slytherin por algo que había hecho Malfoy, Crabbe o Goyle. <<¡Profesor, pero... si yo solo... le explicaba una cosa a Goyle>>gruñía Crabbe<<No me creo que con su cerebro de mosquito pueda explicar nada>>le contestaba Snape, que al momento lo castigaba con un:<<veinte puntos menos para Slytherin>>, esa cantidad cambiaba de vez en cuando a treinta, cuarenta o, incluso a cincuenta.

                Al salir de clase Harry se interesó por el comportamiento de Snape, pero de forma distinta a como se interesó Hermione; mientras ella le explicaba a Ron que Snape no soportaba a los mortífagos, y que por eso lo hacía, Harry se divería preguntándole a Malfoy cuántos puntos había hecho perder a Slytherin.

 

                Por la tarde, al terminar las clases Harry llevó a Ron y a Hermione a ver el entrenamiento de Quiddicht.

                Hermione saludó a Claire, a Roberta y a Ginny y se fue a hablar con ellas. Mientras, Ron se puso a poner por las nubes al <<gran buscador que tenéis en el equipo>>.

                Al terminar un magnífico entrenamiento, Harry se quedó en el campo para que Ron pudiera probar la Saeta de Fuego. Ron daba volteretas y hacía cantidad de piruetas, pero siempre acababa en el suelo, sin ningún rasguño, eso sí, pero solo porque volaba muy cerca de la tierra.

                -Harry-dijo Hermione-¿puedo probar yo ahora? es que me hace ilusión montar en una Saeta de Fuego

                -Sí, no creo que puedas ser peor que Ron

                Cuando Ron se cansó le entregó la escoba a Harry, el cual se la prestó a Hermione que montó en ella entusiasmada. Pegó una patada al suelo y se elevó unos quince metros, a la altura de los postes de gol.

                -¡Ten cuidado Hermione, vas muy alta!-le gritó Harry desde el suelo

                -¡No te preocupes, sé lo que me hago!

                -¡Eh! monta muy bien, ¿te has fijado, Harry?-le dijo Ron-. Voy a ver las bolas

                Ron se acercó a la caja marrón y la abrió. Agarró el bate de los golpeadores, lo levantó, y le gritó a Hermione:

                -¡Hermione!, ¡prueba con esto en la mano!-con un magnífico descenso Hermione agarró el bate con firmeza y se volvió a elevar.

                Ron cogió la Snitch y la guardó en su puño.

                -Ni se te ocurra soltarla, no tengo ganas de buscarla

                Ron la guardó otra vez en la caja. No se interesó por la Quaffle, y fue directo a por las Budglers. Cogió una de ellas y se acercó a Harry.

                -¡Me encantan las Budglers!

                -Ron, vuelve a guardar eso ahora mismo en su sitio, como se te vaya le puede hacer mucho daño a Hermione

                -No puede ser tan peligrosa, ni siquiera intenta...-Ron abrió la mano y la Budgler salió disparada a por Hermione-...escapar

                -¡Cuidado Hermione!-gritó Harry

                Hermione evitó la Budgler con una espléndida pirueta, pero la bolita volvió a por ella. La chica levantó el bate con decisión, le propinó un buen golpe, y la Budgler cayó con las otras bolas en la caja, que se cerró de golpe.

                -¡Caray!-se impresionó Ron

                -¡¿Cómo lo has hecho?!-le preguntó Harry a Hermione mientras esta descendía

                -Únicamente me he defendido-y comenzó a caminar hacia el castillo

                Ron y Harry la siguieron sin pronunciar una palabra pero los dos se preguntaban cómo habría conseguido aprender a montar tan bien.

 

                Por la noche Harry fue a ver a Hermione a su cuarto. Entró en la habitación, se acercó a la cama y descorrió las cortinas, pero Hermione no estaba allí.

                -¿Pero qué...?

                Salió de la habitación, volvió a su cuarto y cogió el mapa del merodeador. Lo accionó, y lo observó; ¡Hermione estaba en el dormitorio de la profesora McGonagall, con la profesora McGonagall a su lado!

                Despertó a la Señora Gorda, que se enfurruñó, y le dio la contraseña. Corrió por los pasillos y llegó a la puerta de la habitación de la profesora, ahí se detuvo. Él nunca había entrado en el cuarto de ningún profesor, más que nada por que te podían expulsar si te pillaban, pero Hermione estaba allí dentro, se suponía que con la profesora McGonagall, pero ¿Y si el mapa se equivocaba?¿y si alguien había encontrado un conjuro para burlarlo?. Tenía que entrar.

                La puerta estaba cerrada con llave, y lo más seguro era que a prueba de varitas, pero los gemelos Weasly le habían enseñado a no utilizar siempre la magia, y por eso Harry siempre llevaba una horquilla en el bolsillo.

                ¡CLIC!. La puerta ya estaba abierta. Harry husmeó por la rendija y vio que había un largo pasillo, abrió la puerta y entró, después la cerró con cuidado de no hacer ruido y empezó a caminar lentamente por el pasillo, pero cuando estaba en la mitad de este, escuchó sollozar a Hermione, entonces se dio un poco más de prisa, y cuando ya estaba al final del corredor, cuando empezaba a ver la gigantesca cama de la profesora, tuvo la mala pata de hacer crujir el suelo.

                -¡¿Quién anda ahí?!-oyó decir a la profesora, que se levantó y se empezó a caminar hacia el pasillo

                Harry dio un paso atrás, pero se pisó la capa y tropezó.

                -¡Harry!-gritó la profesora

                -Eh... hola-Harry sonrió desde el suelo, mientras Hermione le alargaba una mano y le ayudaba a levantarse, y con la que le quedaba libre se secaba las lágrimas

                -Ho...-sollozó-hola Harry, ¿qué haces aquí?

                -Mejor dicho ¿qué haces tú aquí?¿qué te estaba haciendo esta psicópata?¿te torturaba?

                -No, Harry, me ayudaba-dijo Hermione poniéndole una mano en la boca a la indignada profesora

                -¡Pero si estabas llorando!

                -Es un historia muy larga, Harry-dijo ya más tranquila la profesora-¿se la cuento?-le preguntó a Hermione

                -Ya lo hago yo, Minerva-le respondió

                -¿Minerva?¿desde cuándo...?-preguntó Harry, pero Hermione lo ignoró

                -¿Quieres que me vaya?

                -No, este es tu cuarto, pero ¿nos das permiso para salir del castillo?

                -Claro, os doy permiso para que hagáis lo que queráis

                Hermione y Harry se fueron a la orilla del lago de la otra vez.

                Harry miró a Hermione, y ella le agarró las manos.

                -Harry, ¿recuerdas que este verano no pude ir a la casa de Ron cuando nos invitó?

                -Sí

                -Fue porque Voldemort... El mato a mis padres

                -¿Qué?

                -Un día de Junio, mis padres recibieron una llamada, tenían que asistir a un congreso de dentistas, Pero eso no era cierto, Voldemort los raptó los asesino. Hermione se echó a llorar y Harry la abrazó-eso fue un poco antes de que volviera a caer, él lo sabía, sabía que no le quedaba mucho, y quiso terminar con un espectacular final-Harry escuchaba atónito, cada vez odiaba más a Voldemort-. Pasé el resto del verano con la profesora McGonagall, por eso sé montar en escobas bastante bien, ella me compró una Nimbus 2.003-Harry le secó las lágrimas

                Hermione pasó la noche llorando abrazada a Harry, y este no hizo preguntas.

 

                Ron abrió las cortinas de la cama de Harry e hizo que un fortísimo rayo de sol le despertara. Harry se cubrió la cara con la almohada.

                -¡¿Qué haces?!, es Sábado

                -Hermione me lo ha contado todo, y quería hablar contigo, no le he preguntado nada, y tú, ¿lo hiciste?

                -¿Que si hice el qué?

                -¡Preguntar!, ¿le preguntaste algo?

                -No, no lo hice

                -Ese Voldemort...-Ron acababa de pronunciar el nombre, él nunca lo había hecho, se llevó una mano a la boca y luego dijo-:¡me da igual haber pronunciado su nombre!¡todos deberíamos hacerlo, si no, le estamos demostrando que le tenemos miedo!

                Ron había demostrado su valentía, él siempre le había temido, pero en ese momento estaba furioso.

 

  Volver al giratiempo