Capitulo 1 Capitulo 3 Capitulo 4 Capitulo 5
Capitulo 6 Capitulo 7 Capitulo 8 Capitulo 9

Capitulo 10

 

CAPITULO DOS: EL BAÑO DE LOS PREFECTOS

 

Hermione los saludó efusivamente, Harry le desvió la mirada haciéndose el loco, como si no la hubiera visto. Ron le tiró de la manga.

-¡Vamos, Harry!-lo llamó Ron-. En serio, deberías dormir un poco más.

-No, Ron, de verdad, estoy bien.

Se sentaron y Ron le dio los buenos días a Hermione con un largo beso, que ella no rechazó, Harry dio por sentado que Hermione también había decidido representar que aquella mañana se había despertado con una pequeña resaca en su mullida cama.

-Ron, mira, lee-dijo Hermione paásdole los pergaminos a Ron-, lo he encontrado en la puerta del despacho de Snape-mintió Hermione-. He escuchado hablar a Fudge, a Filch y a Snape sobre esto, ya te lo contaré, Harry, ven quiero que tú también le eches un vistazo.

-Ese sello es del Ministerio de Magia, lo he visto en cientos de trabajos que a hecho mi padre para ellos-les informó Ron.

-Sí, dice que quieren que silencien a tres mortífagos que estudian en el colegio, ¿sabes de quienes hablo, Ron?

-¿Malfoy, Crabbe y Goyle?

-Exacto, Fudge decía que el señor Malfoy tenía mucha influencia en el Ministerio.

-Pero... ¿qué pintan en todo esto Snape y Filch?

-Lo he pensado, y llegado a la conclusión de que Snape, o bien está metido en el embrollo, o sabe algo y querían que no se lo contara a Dumbledore, y Filch... para Filch he dejado la segunda opción.

Ron se interesó mucho por el tema, y se pasaba todo el día en la biblioteca (algo raro en él) con Harry y Hermione buscando algo que les pudiera ayudar a culpar a Malfoy y sus amiguitos, los tres mortífagos.

Eran las ocho y media, y Harry aún tenía la cena en el estómago, Ron se levantó a coger otro libro y Harry aprovechó para decirle a Hermione:

-Tenemos que vernos a solas.

-Harry, creía que lo habías olvidado.

-Sí, o eso pretendo, pero tenemos que hablar, no puedo pasar esto de largo.

-¿El qué no puedes pasar de largo?

-Cuando hablemos a solas te lo diré.

-Vale, vale, ¿pero dónde podríamos hablar sin que Ron nos encontrase?

-En el dormitorio de las chicas.

-No, Parvatti y Leavender siempre están al acecho.

-Pues... ¿qué te parece en...-dudó-en el baño de los prefectos?

-Tú no puedes entrar ahí.

-No, poder no puedo, pero sé como, ¿sabes donde está la estatua de Boris el desconcertado?

-Sí, me contaste todo eso la primera vez que entraste en ellos, pero no tienes la nueva contraseña.

-Allí, las contraseñas siempre son... muy... ¿cómo te lo diría?...higiénicas Te esperaré en la sala común con la capa invisible cuando todo el mundo se haya ido a dormir ¿vale?

-Sí, pero...

-¡Calla!Viene Ron-susurró, y siguió buscando en su libro.

Harry esperaba impaciente que Colin Creevey, que terminaba los deberes de su hermano Dennis, se fuera a dormir. Tenía que hablar con Hermione, tenía que explicarle lo que sentía por ella, tenía que decirle que no estaba seguro de que ella le gustara, pero que no descartaba esa posibilidad, tenía... tenía... tenía que contarle tantas cosas. De repente Colin levantó el pergamino y lo observó orgulloso. Le sopló.

-Da buena suerte ¿sabes?. ¿Tú no te vas a dormir?, es muy tarde.

-No, Colin, no tengo sueño.

Colin se encogió de hombros y subió las escaleras hacia su dormitorio.

Unos minutos después se abrió la puerta y la cara de Hermione asomó la cabeza por la rendija.

-¿Ya?-preguntó insegura.

-Vamos-Harry cogió la capa de debajo de un cojín del sillón y se la echó por encima. Una mano salió de ninguna parte, y Hermione escuchó como la voz de Harry le metía prisa.

-¡Venga!

En dos zancadas llegó hasta la mano, la agarró, y Harry tapó, a Hermione y su propia mano, con la capa.

-¿Tienes el mapa?

-Sí-responió Harry-vamos.

Llegaron a la estatua y Harry dijo:

-“Jabón de limón”-la estatua se movió haciéndo sonar un crispante chirrido y les dejó espacio para entrar.

Se quitaron la capa.

-¿Cómo diste con la contraseña a la primera?

-Ya he venido aquí más veces en lo que llevamos de curso.

-Pero si solo llevamos tres días.

-Pues eso, vine ayer..-Harry se dio un manotazo en la frente-. ¡Uy! se me olvidó decirte que si te ibas a bañar te trajeras un bañador.

-Lo he hecho, Harry-lo tranquilizó Hermione-me acordé de lo que nos contaste sobre todo esto en cuarto, y quería darme un baño.

-Bien-Harry se quitó la camiseta que llevaba, y los vaqueros, él también llevaba un bañador. Hermione lo imitó.

Los dos, como dos niños pequeños, se pusieron a abrir los grifos. La gran bañera se fue llenando, con burbujas, vapores, y mucha, mucha espuma. Cuando se hubo llenado del todo los dos se fueron metiendo poco a poco. A Harry se le olvidó por completo decirle a Hermione todo lo que le tenía que explicarle, y a Hermione se le olvidó por completo que Harry le tenía que decir algo. Disfrutaron haciendo concursos de aguantar la respiración, carreras de dos o tres largos, en las que siempre ganaba Hermione, y tirándose agua el uno al otro.

-¡Basta!, ¡tú ganas!, ¡Harry!, ¡por favor!-gritó Hermione en una de ellas.

Harry paró de inmediato y la miró a los ojos.

-Oye, por cierto, ¿qué era lo que me tenías que decir?-preguntó Hermione.

Harry empezó a hablar, le explicó a Hermione todo lo que sentía por ella. Al terminar Hermione se le acercó un poco, lo miró, y le dio un corto beso en los labios. Harry parpadeó un par de veces y luego le dio un abrazo, un abrazo en el que sobraron las palabras, en el que se dijeron todo. Al cabo de unos minutos se separaron, aunque tenían las manos unidas. Harry fue deslizando las suyas hasta los hombros de Hermione, y ella lo besó.

 

 

 

  Volver al giratiempo