NUMERO QUINCE
El baile de Haloween.
Hace
ya algunos meses que Harry ha empezado las clases en el colegio Hogwarts de
Magia y Hechicería. En esos meses habían ocurrido varias cosas. Primero la
historia Draco-Pansy iba muy mal, ya que por alguna razón Malfoy había dejado de
interesarse en todo, hasta de Slytherin. Lo segundo fue el cambio de Ron, que
estaba más amable y hasta podía cuidar su vocabulario en momentos inquietantes.
Lo tercero fue el nuevo profesor en Defensa contra las Artes Oscuras, el
profesor Vladimir , un ruso muy estricto que daba muchas tareas y lo cuarto era
un nuevo sentimiento de Harry hacia la hermana de Ron.
Ese
día fueron a desayunar como siempre, llegaron las lechuzas y a Hermione le llegó
una carta color blanco, bastante rara según Harry...
-
Miren esta carta - les dijo Hermione, como petrificada cuando la terminó de leer
- ¡¡No lo puedo creer!! -
Los
chicos leyeron la carta de Hermione y quedaron iguales que ella.
La
carta decía:
Hermione
no paraba de preguntarse quién podría ser con un cierto dejo de diversión en la
voz. Ron salió corriendo a la sala común de Gryffindor. Tropezaba con todo lo
que estorbaba en su camino. Harry lo siguió con la vista y, aunque tenía
demasiada hambre, dejó sus huevos revueltos tal y como estaban y siguió a
Ron.
Cuando
Harry llegó a la sala común, más precisamente al dormitorio, vio a Ron tirado en
su cama, murmurando: lo mataré, quién quiera que sea lo mataré con una voz
bastante extraña como que conociera a esa persona, como si fuera todo un juego.
Harry no dijo nada, sólo miraba y pensaba rápidamente quien podría ser el
admirador secreto de Hermione, para así encontrar una manera de decirle a Ron lo
que podía hacer para conquistarla.
-
¡Ron! ¡Ya sé! - dijo Harry apresuradamente- ¡vamos a buscar a George! Vos
dijiste que él sabía muchas cosas sobre chicas.
-
Está bien - dijo Ron algo deprimido.
Bajaron
las escaleras y vieron a George en la sala común, junto a Fred.
-
George…eh…- dijo Harry tímidamente - Necesitamos algunos con…- En ese instante
entró Hermione con la cara radiante de alegría - eh…luego nos vemos - dijo Harry
al ver que Ron se ponía rojo de rabia al ver la carta de Hermione en su mano y
dejando a George con una intriga terrible, fueron rápidamente al
dormitorio.
-
Ron, no te preocupes… - dijo Harry con alguna esperanza para su amigo.
-
Escuchá Harry, no quiero hablar más de esto, vamos a la biblioteca, tengo que
terminar la tarea del profesor Vladimir - dijo Ron medio molesto.
Fueron
a la biblioteca mientras Ron refunfuñaba. Cuando empezaron a hacer los deberes,
llegó Ginny.
-¡Hola
chicos! ¿Qué están haciendo? - dijo ella con tono amoroso- ¿Puedo quedarme con
ustedes?
- Sí,
por qué no - dijo Ron tratando de olvidar lo de Hermione-, sentate con
nosotros.
Pasada
una media hora, ellos estaban muy entretenidos en sus deberes y en su
charla.
-
Bueno, nos tenemos que ir – dijo Harry, con la esperanza de que pudieran hablar
con George.
- Yo
también –dijo Ginny- había quedado en encontrarme con una amiga.
Mientras
subían las escaleras para ir a la sala común se encontraron a George.
-
George… eh… ¿podemos hablarte a solas? – dijo Ron tímidamente.
-
¡Claro! ¿De qué quieren hablarme?
-
Necesitamos unos consejos –dijo Ron- sobre chicas.
-
¡Ah! Con que mi hermanito anda enamoradito –dijo George pellizcándole la
mejilla- ¿y tú Harry?
- Eh…
tal vez algunos…
- Ok.
Pero acá no.. vayamos a un aula vacía.
Bajaron
las escaleras y llegaron al aula de transformación.
- Ya
está, ahora, el primer paso es llamar su atención.
-
¿Cómo?
-
Bueno, primero díganme quiénes son las chicas y podré decirles.
-
Mmm… primero tú, Ron.
-
Bueno… a mí me gusta eh…este…Hermione.
-
¡Jajajajaja! ¡Ron, no! ¿En serio? ¿De verdad?
-
Bueno, sí, ¿por qué lo preguntas?
- Es
que lo creí imposible, vos y Hermione… ¡es una locura! pero bueno, el primer
paso, como ya dije, es llamar su atención. En tu caso sería… sería…sobresalir en
clase, deberás dedicar más tiempo a tus estudios.
-
¡Oh! Esta bien.
-
Cuando haya funcionado, avisame, conociéndote te adelantarías al 3ro. ¿Y tú
Harry?
- Eh…
yo… es alguien muy… cercano… a vos.
-
¡No! no me digas que es Fred. ¡Siempre te creí normal!
-
Bueno, pues soy normal. No es de él de quien estoy hablando. Es una chica…
adivina.
- Eh…
Angelina.
-
No.
-
Lavender.
-
No.
-
Parvati.
- No,
tampoco, dije alguien muy cercano a ti.
-
Mmm…no se, qué se yo, eh… a ver, ¿Ginny?
- Me
van a matar, ¿no es cierto?
- No,
cuñado. Igual, tu también le gustas a Ginny, eso es obvio. Para vos sería…. Ya
sé! Le encantan los ositos de peluche y las poesías de amor.
-
¡¡Mi hermana!!! – dijo Ron sorprendido, - pero si nunca le llevaste el apunte
¿qué te pasó?
- No
sé pero, bueno entonces ya me voy para la biblioteca para conseguir alguna
poesía.
Marcharon
a la biblioteca bien informados. Ron empezó a estudiar y Harry a buscar poesías
de amor. Cuando Harry encontró una que le gustó, la escribió en una tarjeta con
forma de corazón que cuando terminó, la hechizó para que cuando ella la abriera
sonara música romántica. Ron por su parte, ya se había aprendido muchos
encantamientos, incluyendo varias Pociones. En eso llegó Hermione que se
sorprendió mucho al ver a Ron estudiando.
-
Ron, ¿te sentís bien? – dijo Hermione al ver que Ron casi se dormía sobre un
libro.
-
¿Qué? Eh, sí perfectamente. Ya nos íbamos, ¿no Harry?
- Sí
–respondió éste al sentir un pisotón por debajo de la mesa. Juntaron sus cosas y
Ron fue directo a la sala común pero Harry se desvió un poco para ir a la
lechucería. Utilizó a Pigwidgeon para mandarle la carta a Ginny.
A la
mañana siguiente, en el desayuno, mientras comían, llegaron las lechuzas, Ginny
estaba sentada en frente de Harry y cuándo ésta abrió la carta, la música sonó
delante de toda la mesa de Gryffindor. Ginny se puso muy colorada. Ginny miró a
Harry y enseguida juntó su mochila, le hizo una seña a Harry para que la
siguiera y fueron a la sala común de Gryffindor. Allí Ginny exclamó:
- Es
una broma, ¿no?
- Eh…
no, no creo que sea una broma - dijo Harry, poniéndose más colorado que
antes.
-
Entonces es verdad.
- Si,
es verdad.
-
Bueno, ¿pero a qué viene todo esto?
- Es
que cuando te vi en el baile con Neville el año pasado, me pareció que vos eras
la chica perfecta para mi…
-
Entonces…
-
Estaba pensando. Fue una tontería haber hecho esa carta…- murmuró mirando el
piso - seguro ya no te debo interesar.
-
Harry, mis sentimientos hacia ti no han cambiado. Desde que entre a Hogwarts no
te puedo sacar de mi mente, pero nunca tuve la valentía de decírtelo.
- Eso
significa…
- Que
te quiero y siempre te quise.
Harry
no lo podía creer, siempre había sabido que ella lo consideraba alguien muy
especial pero no creía que fuera tan profundo. Los dos quedaron sin habla. En
eso entró Ron y Ginny le pidió que esperara a Harry un rato más. Ron le dirigió
una mirada cariñosa y luego se fué.
-
Harry, yo…
-
Ginny, ¿qué vas a hacer esta noche?
-
Sólo estudiar, ¿por qué?
-
Después de comer, espérame aquí.
Cuando
salieron hicieron como que no había pasado nada pero cuando se fue Ginny, Ron
invadió a Harry con preguntas.
- Y
¿qué te dijo ella? ¿Qué le dijiste? ¿Y qué te dijo ella cuando vos le dijiste lo
que le dijiste?
-
¡Ron! Deberías preocuparte más por vos y Hermione.
-
¡Oh! Está bien, pero quiero que me ayudes con algunos encantamientos.
-
Bueno, lo que sea para que dejes de preguntarme esas cosas.
Mientras
Harry ayudaba a Ron a estudiar, repasó su diálogo con Ginny una y otra vez y de
pronto se acordó de que el baile de Halloween se acercaba.
- Ron
–dijo Harry interrumpiendo su concentración -, ¿qué te parece si tú invitas a
Hermione y yo a Ginny para el baile de Halloween?
-
¡Claro! Además allí tendrás tiempo para charlar con Ginny.
La
tarde transcurrió muy rápido. A la noche, cuando todos terminaron de comer,
Dumbledore se levantó.
-
Antes de que se vayan a dormir, quiero anunciarles esto: –dijo él aclarándose la
vos- para el baile de Halloween, haremos un concurso, la pareja que baile mejor
ganará un premio. No diré qué es para que esto tenga más intriga. Esto es todo.
Buenas noches a todos.
Harry
fue el último alumno de Gryffindor que se levantó, estaba muy nervioso. Al
llegar, como todo domingo, la sala común estaba desierta. Sólo Ginny se había
quedado. Estaba sentada mirando el fuego de la chimenea. Al ver entrar a Harry
se paró, se dirigió hasta él y le dijo:
- ¿De
qué querías hablarme?
-
Ginny, este… - dijo Harry sin encontrar las palabras, ¿qué era lo que le iba a
decir? ¿no lo recordaba? - ¿Quieres ir conmigo al baile de Halloween? - dijo
Harry pensando, de pronto sintió que sus sentimientos se iban, pero ¿qué le
pasaba, era otra cosa lo que le iba a decir?
- Si,
¡está bien! - dijo Ginny un poco desilusionada.
-
Bueno, chau Ginny.
- Si,
eh... chau Harry - dijo Ginny con la misma cara de tristeza que él.
Harry
se quedó en la sala común pensando que era lo que le iba a decir, y que le pasó
que se sintió tan vacío, se sentó en un sillón y encontró un osito, el osito que
había pedido vía lechuza para Ginny.
-¡Qué
tonto!, le podría haber regalado el oso y pedirle que fuera mi pareja de baile y
se me olvidó todo - de tanto pensar se fue quedando dormido. Al otro día se
despertó rodeado de gente.
-
¡Harry! ¿qué te pasó? ¿estás mal?
-
Eh.. no - dijo Harry medio dormido pensando en que pasaba.
-
Harry, te quedaste dormido en la sala común ¿qué te pasó? - dijo Ron confuso -
¿y qué haces con un osito de peluche? – murmuró.
- No
sé, sólo me dormí y listo y sobre el oso eh... - dijo Harry mientras miraba su
túnica arrugada.
-Bueno,
- dijo Hermione aplaudiendo - se terminó el show, todos a desayunar, ¡vamos!
Cuando
llegaron al Gran Salón, los de Slytherin se burlaron de la túnica de Harry y le
preguntaron si se había quedado dormido en un ropero.
- No
los escuches Harry - dijo Hermione, mientras entraban las lechuzas. A Hermione
le llegaron tres cartas, una igual a la del día anterior una color amarillo
claro con letras verdes y una carta hermosa color beige con letras redondeadas.
Hermione abrió la primer carta que era igual a la que había recibido el día
anterior, firmada por su admirador secreto.
-¿Quién
será esta persona? - preguntó ella sorprendida mientras Ron estaba a punto de
estallar pero cuando Hermione lo miró, agarró un libro y se puso a leer y a
leer, Harry siguió viendo las cartas de Hermione y le dijo que abriera la beige.
-¡¡¡¡¡Es
de Viktor!!!!! - gritó Hermione mientras varias chicas de 7mo se volteaban
rabiosas y Pansy Pankirson decía que Hermione decía eso sólo para que las chicas
le tengan más envidia.
-
¿QUÉ? – dijo Ron, eso no se lo esperaba.
-¿¿Y
que dice Hermione?? - dijo Harry.
-
Sólo saludos para vos y para Ron y ... - dijo excitada- ¡¡¡¡¡¡¿Qué piensa a
venir aquí?!!!!!! - gritó ella extrañada y las mismas chicas de 7mo gritaron en
coro las palabras dichas por Hermione emocionadas.
-¿QUÉ?
- repitió Ron explotando.
-
Eso... - dijo Hermione con calma.
- Lee
la próxima carta Hermione - dijo Harry tratando de calmar ese momento tan tenso.
-
¡¡AH!! ¡¡OH!! ¡¡AH!!!
-¿Qué,
qué pasa ahora? - dijo Ron molesto.
-
¡¡AH!!, ¡¡tengo una vacante para ser la nueva prefecta de Gryffindor!!!
- ¡¡
Felicitaciones Hermione !!! - dijo Harry mientras Pansy tiraba su comida al
suelo y derramaba su jugo- Mejor nos vamos ¿no? - dijo Harry ya que todas las
chicas se estaban comiendo viva a Hermione.
-¿Por
qué? - dijo ella totalmente tranquilizada.
- Por
que si te quedás aca te van a matar - le dijo Ginny que recién llegaba y notó
las miradas asesinas de las demás.
-
Pero ¿por qué me van a matar? - pregunto ella ingenuamente.
-
Admirador secreto, Krum y futura prefecta - dijo Ron mirándola.
-
Pero no, no creo que estén celosas de mí por un sujeto raro que me escribe, por
Viktor y por que quizá sea la nueva prefecta de Gryffindor, sino atacarían a
todas las chicas que reciban cartas de alguien y a los prefectos.
-
¡¡Pero Hermione!! - dijo nuevamente Ginny.
-Bueno,
si quieren que me vaya me voy, chau Ginny, Ron, Harry!!! me voy a hablar con la
profesora McGonnagall!!!
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Cuando
llegaron al aula de transformación encontraron a Hermione ya sentada muy
contenta.
-
Buenos días... - dijo la profesora - el tema que les voy a comentar hoy es muy
importante... - dijo en un tono misterioso - sus TIMOS.
Todos
empezaron a comentar sobre los TIMOS, cuantos iban a sacar quién podría ser el
nuevo prefecto de Gryffindor.
-
Bueno, bueno - dijo la profesora - hoy algunos de ustedes recibieron una carta
donde dice que tienen una vacante para ser prefectos, esto se debe a que en
estos años han tenido un buen promedio y con sólo 9 TIMOS podrán lograr ser
Prefectos, todos los demás, tienen que obtener como mínimo, 12 TIMOS. Ustedes
saben que los TIMOS son muy importantes ya que con ellos pueden lograr obtener
becas, premios anuales, y tener un buen nivel mágico.
- Con
razón Hermione está tan contenta - dijo Harry mientras Ron seguía mirando a la
profesora McGonagall.
- No
pronuncies ese nombre –dijo Ron, como diciendo que no pronuncie el nombre de
Voldemort.
- Eh,
bien Ron, todo bien
-
También les quiero comunicar sobre el baile de Halloween, que este año será muy
distinto, ya que hemos decidido realizarlo en el Salón de Bailes de Hogsmade, el
baile será para los alumnos de cuarto en adelante. - dijo la profesora
McGonnagall.
-
Entonces no hay problema con nosotros –dijo Seumus.
- No,
no hay problema. Los otros cursos , primero, segundo y tercero, realizarán su
fiesta de Halloween en el Gran Salón, y antes que me olvide, ¿quién podría
repartir estas notas?, si señorita Granger, entréguelos por favor – dijo ella
severamente.
-
¿Qué es esto? – dijo Parvati
-
Para sus padres señorita Patil, Potter por favor quiero hablar con usted al
final de la clase.
-
Luego de pasada la clase, Harry fue a hablar con la profesora McGonnagall.
-
Potter, en tu caso, por lo del baile, Dumbledore ya autorizó tu ida al salón de
Hogsmade
-
¿Entonces puedo ir? – dijo Harry tratando de mantener la calma, porque sabiendo
que Voldemort lo buscaba, podría pasar algo allí.
- Si
Potter, todo bien – respondió la profesora- Es sólo que llevaremos algunos
Dementores.
-
¿Qué?- dijo Harry mientras se le caía el corazón a los pies- ¿Dementores? Pero…
profesora McGonagall… yo…
- Sí
Potter, ya lo sé, trataremos de que estén lo más lejos posible de los
estudiantes - dijo la profesora McGonagall seriamente.
*******************************************
Por
fin había llegado el día de la fiesta de Halloween y Ron iría con Hermione. A
las 20 horas, se tenían que reunir todos en la entrada para ser trasladados,
pero cuando Harry y Ron fueron, encontraron sólo a los chicos.
El
Salón de Baile de Hogsmade era hermoso y cuando llegaron se asombraron de ver
calabazas colgantes que iluminaban el lugar pero ¿dónde estaban las chicas? se
preguntaban Harry y los demás. Como respuesta se abrió la puerta y todas ellas
entraron, Harry buscó a Ginny y se asombró al verla tan hermosa. Llevaba puesto
una túnica de gala turquesa, se había arreglado el pelo para que quedara
ondulado y se lo había agarrado con un broche que le hacía juego con los
zapatos.
-
Ginny ¡estás hermosa! – dijo Harry sonrojándose.
-
Gracias Harry, ¿podríamos ir allí? - contestó ella señalando un lugar oscuro -
quiero hablarte a solas.
-
Bueno pero...¿no vamos a bailar? –dijo Harry.
-
Después nos divertiremos –dijo ella con distinta voz.
Ginny
lo condujo hacia una esquina del salón, sacó su varita y lo apuntó.
-¿Qué
haces Ginny? – preguntó Harry estremeciéndose.
- Yo
no soy Ginny – rió fríamente.
-
¡¡¡Harry!!!! –gritó la verdadera Ginny desde el fondo de la habitación.
-¡Cállate!
O terminarás como él: –respondió la falsa Ginny -... muerto.
-¿Quién
sos? –preguntó Harry.
- Me
conocen como el vejo Sr. Park
-¿Pero
quién eres? ¿de donde vienes? ¿por qué estás aquí?
- Mi
maestro me envió acá, Lord Voldemort quiere que mueras desde siempre y para
siempre, y hoy yo seré quien haga su trabajo.
-
¡¡NO!! –gritó Ginny
-¡Cállate!
-gritó el Sr. Park.
-
¡Expelliarmus! –dijo una voz extraña que arrastraba las sílabas, Draco
Malfoy estaba allí - Esta inconsciente - dijo Malfoy al ver que el sr. Park se
desplomaba en el suelo.
-¡Auxilio!
–gritó Ginny- ¡Auxilio!
-¿Qué
pasa? –dijo Snape cuando llegó y miró al suelo hacia Ginny, la falsa Ginny.
-¿Qué
le hicieron? –dijo él agarrándola con asco.
-¡No
profesor! Esa no soy yo, es un tal Park.
-¿Park?
- dijo la voz de Dumbledore que llegaba– pero si estaba en Azkaban, ¡rápido!
¡atrápenlo! ¡¡Y lleven a Harry y Ginny de regreso a Hogwarts para que los vea la
señora Pomfrey!!!
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-¡Pero
como puede ser que pase esto! –dijo la Sra. Pomfrey– a ver Ginny recuéstate aquí
por favor, Harry tú también recuéstate.
-
¡¡Harry!! ¡¡Ginny!!! –gritaron Ron y Hermione.
- No,
no , no, –dijo la Sra Pomfrey– fuera.
- Por
favor Sra. Pomfrey cinco minutos –dijo Harry.
-
¡No! –respondió ella.
-
¡Por favor! –suplicó Ginny.
-
¡Por favor! No los podemos dejar de lado en un momento como éste! –dijeron Ron y
Hermione a coro- ¡él es nuestro mejor amigo y ella la mejor hermanita! –dijo Ron
desesperado.
-
Bien pero cinco minutos, sólo cinco –dijo ella no muy convencida y se fue.
- ¡Oh
Harry! ¿Qué fue lo que pasó? –preguntó Hermione.
-
Ginny, no era Ginny, era un tal Park- explicó él.
-
¿Cómo?- dijo Ron.
- O
sea, era Park disfrazado de Ginny, seguro con la poción multijugos –explicó
nuevamente.
-
Bueno Harry, para cambiar de tema, ya averigüé quien es mi admirador – rió
Hermione mirando a Ron.
- Si,
¿quién? –dijo Harry muerto de curiosidad al ver que Ron no se ponía nada
colorado.
- Ron
–respondió ella.
-¿Qué?
–preguntó Harry atónito olvidando el suceso anterior.
- Si,
Ron era mi admirador. El hizo como que no sabía quién era el admirador y como
que lo odiaba y en el baile me contó todo, la sorpresa que me llevé – dijo
Hermione tomando la mano de Ron.
- No
sabés... George casi se muere cuando le conté mi plan... ¡¡y que funcionó!!
Cuando
Ron terminó de hablar, en la puerta apareció Malfoy.
-
Hola Potter, sólo quería decirte que te salvé por que sospechaba algo extraño y
que entre nosotros todo sigue igual... mal.
-
Bien –dijo Harry pensando por qué Malfoy le dijo eso y qué maldad nueva
realizaría después que él y Ginny salgan de la enfermería.
-
Bueno, todos afuera –dijo la Sra. Pomfrey.
-
¡Ginny!
– ¿Si
Harry?
–
Sólo iba a decir que cuando salgamos de acá te daré un regalo aunque también
quiero pedirte perdón por la mala noche que pasaste hoy.
-
Harry, gracias, yo también te daré un regalo.
-
Bien, no tienen nada serio, así que pueden irse, pero tengan cuidado.
Cuando
salieron, Dumbledore les propuso que volvieran al baile, y rápidamente fueron
llevados al Salón de Hogsmade. Allí, bailando, Ginny se acercó aún más a
Harry.
- Te quiero y gracias por esta maravillosa noche que pasamos juntos -Ginny lo besó- y ese era mi regalo - dijo mientras a Harry, lleno de felicidad, se le volvía el corazón arriba aunque no dejaba de pensar cual sería su proximo enfrentamiento con el lado oscuro.
FIN
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