Giratiempo del Giratiempo (HELENA )  
Continuacion!

Capitulo VII


1-Noviembre-2001-jueves

Querido diario:

Hoy empiezo un cuaderno nuevo, pero es el mismo diario. Hoy me ha dicho Harry que la profesora Trenlawney le ha predecido la muerte mediante el tarot. Dijo:

-Ooh, queridos míos, siento tener que decir esto, pero..., sí, está mas claro que el agua, aquí en esta clase hay alguien nacido en julio que tiene muy próxima la muerte. Oh, queridos míos, qué desgracia...

Por suerte Harry se lo toma a guasa. Yo dejé adivinación en tercero, era un asco. No sé que me pasó esa semana, pero le di un bofetón a Malfoy y me fui de adivinación. Ron me dijo que qué me pasaba, que estaba muy rara, que primero le daba un bofetón a Malfoy y después me iba de adivinación. Me sentí halagada. Ron... Ron. A los dos, a Harry y a Ron los empecé a querer como amigos, pero por Ron siento algo más. No estoy segura de si me gusta o es porque sé que le gusto, pero no es lo mismo desde el baile de 4º. Cuando me encuentro con su vista... no puedo expresarlo con palabras. En cuarto... él estaba celoso... estoy segura. ¡Que tarde es! Me voy a acostar. Se me olvida... ¡ah, sí! Este verano fui con Víctor a Bulgaria, me lo pasé bien. Me dijo que me escribiría, pero ¡aún no me ha escrito!

Un beso: Hermione.

Al terminar de leer esto, Ron parecía estar en una nube. Prosiguieron leyendo, ya que esto no aclaraba ni la sonrisa de Malfoy ni lo que Hermione había murmurado.


7-Noviembre-2001-martes

Querido diario:

Esta semana he estado muy ocupada. Aparte de los deberes y los repasos para los T.I.M.O.S. que hago ya sabes que estoy tratando de inventar un giratiempo que vaya también al futuro. Si lo consigo, creo que de mayor podría ser científica e inventar cosas Para el bien de la Comunidad Mágica. Tengo sueño, me voy a acostar. ¡Ah! Recibí carta de Víctor. Me cuenta que está bien, pero que me echa de menos. Yo también le echo de menos.

Al llegar a este punto, Ron, quien se había bajado de su nube para seguir leyendo, estaba enfadadísimo con Víctor Krum.

Un beso: Hermione.

Ron había vuelto a subirse a su nube. Parecía creer que el beso de Hermione iba destinado al lector, osea a él. Siguieron leyendo.


9-Noviembre-2001-jueves

Querido diario:

¡Ya casi tengo terminado el giratiempo! Pero tengo unas noticias...
He recibido una lechuza anónima (al final del diario) donde alguien se me declara. No es la letra de Harry, ni los garabatos de Ron, de eso estoy segura. No sé quien es.

Un beso desesperado: Hermione.

Harry y Ron se fueron al final del diario, donde estaba la carta. Decía:

Amada Hermione:

Quiero que sepas que siempre te odié, aunque mi corazón me decía que no debía hacerlo. Siempre te insulté. No sé porque. El año pasado, en el baile de 4º, cuando ibas con Krum, me enamoré de ti. Por una vez te vi como eras: guapa, encantadora, simpática e inteligente. Intenté que no se me notara, creo que lo he conseguido, pero necesitaba decirte que me gustas.

Te ama:

No ponía quien la amaba.


10-Noviembre-2001-viernes

Querido diario:
¡He descubierto quien me escribía! Lo descubrí ayer por la tarde. No ponía quien me amaba, así que pensé que podía estar en tinta invisible. Pasé el borrador de tinta invisible y... ¿A que no sabes lo que ponía? Draco. Draco sólo conozco a uno, y ese es Malfoy. ¡No me l puedo creer! Le mandé una lechuza diciéndole que sabía que era él. Fui a preguntar a la profesora McGonagall si había mas Dracos en el colegio, puesto que sabes que es la subdirectora. Me dijo que sólo había uno, Draco Malfoy. Luego vino Dumbledore buscándola. Desde el curso pasado su cara no está tan sonriente. Han muerto cinco magos hijos de muggles, lo que soy yo, pero no me voy por las ramas. Iba a volver para preguntarle a la profesora si conoce algún hechizo u encantamiento Para saber de quién es la letra de algún escrito, cuando oí lo que decían:

-... y el pasadizo secreto sólo lo puede encontrar el heredero de Godric...- dijo la voz de Dumbledore
- Sí, Albus, pero ya sabes como es Harry y cabe la posibilidad de que...- dijo la profesora McGonagall, pero Dumbledore no la escuchaba y prosiguió pensativo.
- Si, como dicen, ese túnel llevara al valle de Godric, puede que... sí, pero...

Y en este punto sus voces dejaron de oírse. Me alejé. Bueno, creo que dos horas de duro trabajo y ¡el giratiempo estará terminado!

Un beso de: Hermione.


10-Noviembre-2001-vienes (por la noche).

¡¡¡HE TERMINADO EL GIRATIEMPO!!!


11-Noviembre-2001-sabado

Querido diario:

Desde que he recibido la carta de Draco, me he vuelto mas fría con Ron. En la comida hasta le he dicho "oh, cállate, Weasley" y no Ron. Me sigue gustando, pero... no sé que me pasa con Draco. Ahora que sé que le gusto, también me gusta él... , no, no puede ser. Yo estoy enamorada de Ron y no de Draco.
Tengo sueño, pero haré un esfuerzo Para escribirte, pues est tar__

¡¡ME HE DORMIDO!! Harry y Ron me han despertado. Creía que sabían lo de Draco, pero no lo han leído. Sus palabras sonaban sinceras. Como te decía, esta tarde íbamos a probar MI giratiempo, pero como ya era tarde, bajamos a cenar. Todo iba bien, pues éramos de los primeros y no había casi nadie. Cuando nos íbamos, entraban, Draco, Crabbe y Goyle. Draco me sonrió. Yo me puse a llorar y me vine aquí a contártelo. Harry y Ron deben sospechar, pues ya es bastante raro que Malfoy no me insulte, como para que me sonría.

Un beso de: Hermione.

Aquí terminaba el diario de Hermione. Harry y Ron estaban tan impresionados por lo que acababan de leer que se limitaron a cerrar el diario. Harry miró a Ron y éste asintió. Harry sacó la varita y dijo:

- Finite incantatem.

Y el diario desapareció. Ron abrió las cortinas de la cama de Harry y se fue a la suya propia. Se durmió, después de dos horas dando vueltas y vueltas, vencido por el agotamiento.



Capítulo VIII


Al despertarse, Harry sentía algo raro. Tardó casi diez minutos en comprender lo que había pasado la noche anterior. Fue hasta la cama de Ron, pero éste ya estaba despierto y con unas grandes ojeras. Sin decir ni una palabra, se vistieron a gran lentitud y bajaron a desayunar. Hermione les esperaba.

-¿Dónde estabais?- les dijo, ajena a sus preocupaciones y alegrías.- Tenemos Herbología dentro de 40 minutos.

Ron no probó bocado. En clase de Herbología les tocó podar unos Sauces Boxeadores, quienes eran tan peligrosos como el que protegía el túnel a Hogsmeade.
Ron y Harry acabaron llenos de moratones, y a Harry un sauce le rompió las gafas, que Hermione le arregló con el asombro de ver que Harry no se acordaba del hechizo.

El día transcurrió con total normalidad, lo que supuso que Snape le quitara a Gryffindor 30 puntos porque Ron bostezó, aunque se tapó la boca con las manos. Cómo no, Snape terminó con su frase favorita: "y agradece que no sean más, Weasley".

Los dos días siguientes también transcurrieron con una normalidad anormal, que los Dursley hubieran llamado "algo completamente normal" con total orgullo. Al tercer día después de lo ocurrido, Ron habló a Harry sobre esto:

-Harry- le dijo -, a mí me gusta Hermione, supongo que te habrás dado cuenta.
- Si, me he dado cuenta- dijo Harry sonriendo burlonamente ante la confesión de Ron.
- Ron, tenemos que buscar el pasadizo- prosiguió Harry.

Ron, de inmediato agitó la cabeza de arriba a abajo y dijo:
- Según el diario, McGonagall cree, y también Dumbledore, que puedes ser el heredero de Godric. Eso explicaría por qué quien-tu-sabes quería matarte a ti y no a tu madre. Sólo a tu padre y a ti. Debes de serlo, estoy seguro.

Pero Harry no lo estaba. Le volvió a atormentar lo que el Sombrero Seleccionador le dijo, que podría hacer un buen papel el Slytherin.

- Esta noche- decidió Harry -, lo buscaremos esta noche.

A las doce, la Sala Común ya se había quedado vacía. Se pusieron la capa invisible y salieron por el retrato de La Dama Gorda, quien no estaba en su cuadro.
Fueron caminando. Caminaron y caminaron pero no sabían ni a dónde iban ni qué tenían que hacer. Volvieron a la Sala Común a la una menos cuarto. La Dama Gorda había vuelto al retrato y, medio dormida, les dejó pasar, sin ni siquiera inmutarse. Hermione estaba en la Sala Común esperándoles.

- Por favor, quitaos la capa- les dijo- tengo algo que deciros.

Harry y Ron la obedecieron, temiéndose lo peor. Se sentaron e unos butacones cercanos al de ella.


- Es que... bueno, veréis, por lo que lloré el otro día... la sonrisa de Malfoy... Os lo contaré desde el principio.
- No hace falta- dijo Harry- ya lo sabemos.
- ¿Así que lo leísteis?- les preguntó ofendida por la mentira que le soltaron.
- No ese día, lo leímos el Domingo. Entramos en tu habitación mientras comíais y le hicimos el encantamiento repetidor. Por la noche lo leímos.- explicó Harry, con la cabeza gacha. Ron estaba más colorado que sus cabellos. Hermione también lo estaba.
- No importa, lo prefiero así- les consoló Hermione. Se puso nerviosa y preguntó- ¿Desde el principio?
- Sí- dijo Ron, ablando por primera vez. Harry los miró a los dos, tan colorados, y pensó que hacían muy buena pareja.
- Bueno, Hermione, estabamos buscando el túnel- informó Harry -, porque si lleva al Valle de Godric... a la casa de mis padres, donde Voldemort los mató...- Ron se estremeció al oír el nombre- ¿Sabes algo más?
- No, salvo que tú ya estuviste en ese lugar y que allí no se imparten clases- dijo y después, con determinación, decidió- Mañana la capa nos cubrirá a los tres.

Y dicho esto, se levantó del butacón y se fue a la cama. Harry y Ron siguieron su ejemplo. Ninguno de los tres durmió bien aquella noche, el que menos Harry. Si en verdad era el heredero de Godric, si encontraba el túnel... iría a la casa de sus padres.

Capitulo IX



Al día siguiente se levantaron mas temprano de lo usual. Las clases transcurrieron con normalidad, aunque las mentes de Harry, Ron y Hermione vagaban por los pasillos, aulas y escaleras del castillo. En el recreo se dedicaron a pasear por el lago discutiendo los detalles:

- Llevaremos la capa- decía Ron.
- Saldremos a las once y media, dispuestos a recurrir a las bombas fétidas, si es necesario- decidía Hermione.
- Pero tenemos que descubrir en qué aula está la entrada- les dijo Harry.

En el resto del recreo discutieron sobre si la entrada estaría en el aula en que Harry y Hermione practicaron el encantamiento convocador el año pasado, o si estaría en el aula en que se encontraba el Espejo de Oesed. Al final, decidieron inspeccionar las dos..

Por la noche, a las once y veinticinco, salieron de la Sala Común con la capa. Se deslizaron sigilosamente hasta el aula donde en cuarto Harry y Hermione habían practicado. La inspeccionaron centímetro a centímetro, pero no encontraron ni la más mínima señal de que la entrada estuviera allí. Cuando se pusieron la capa y se disponían a salir, Peeves entró en el aula y empezó a volcar las mesas y sillas, dando tumbos. Salieron a toda prisa, ya que el ruido ocasionado era suficiente para despertar a todo el colegio y, en un santiamén, estaría allí la avalancha de profesores. Como llevaban el Mapa del Merodeador, que a principios de curso Harry desenterró y Hermione volvió a transformar en mapa, vieron que los profesores se dirigían hacia allí. Venían todos formando un frente, por lo que chocarían. A la izquierda de donde estaban, en el mapa aparecía un pasadizo que llevaba hacia arriba. Harry se acercó y levantó el tapiz que había en donde empezaba el pasadizo. Lo levantó y entraron. Había una larga escalera, que empezaron a subir, pero en cuanto se pisaba un escalón éste desaparecía, lo que obligó a Ron y Hermione a retroceder y a Harry a subir todo lo deprisa que podía. Cuando se quitaba el pie el escalón volvía a aparecer, así que después subieron Ron y Hermione. Ninguno comentó nada, pues Harry les indicaba una motita en el mapa que se dirigía hacia ellos. SE pusieron la capa y volvieron a mirar al mapa para ver de quién se trataba. En el cartelito ponía: "Señora Norris". Se quedaron muy quietos, en un rincón al pie de la escalera. La gata estaba a tres metros, a dos, y, cuando estaba a uno, se detuvo y les miró fijamente. Los tres contuvieron la respiración haciéndose la pregunta que tantas otras veces se habían formulado: "¿veía la gata a través de las capas invisibles?". Una vez más, se quedaron sin respuesta, pues la gata desvió la mirada y prosiguió su camino. Los tres volvieron a respirar tranquilos al verla alejarse. Salieron a través de otro tapiz. Se hallaban en un pasillo que a Harry le resultaba extrañamente familiar. A la derecha, divisó una pareja de armaduras que también, extrañamente, le resultaban familiares. Entonces lo supo:

- ¡¡Es la habitación donde encontramos el Espejo de Oesed!!- exclamó Harry, señalando la puerta que estaba entre las dos armaduras- ¡Hemos salido justo a donde queríamos!

Casi corrieron a la habitación. La puerta estaba cerrada. Harry susurró:
- Alohomora
Pero no sucedió nada. Ron recordó que algunas puertas se abrían si uno lo pedía con amabilidad y, dando un empujón a Harry, le dijo a la puerta:

- Por favor, ¿nos podrías dejar pasar?

La puerta se abrió sigilosamente y Harry, Ron y Hermione entraron. La habitación estaba a oscuras.

- Lumos- susurraron los tres a la vez. Con los tres puntos de luz, buscaron en la habitación interruptores, pero no había. Hermione murmuró un hechizo y al momento aparecieron seis velas y se quedaron flotando en el aire, iluminando por completo la habitación. Empezaron a buscar por la habitación cualquier indicio. No sabían lo que buscaban, pero algo encontrarían. No supieron cuanto tiempo estuvieron allí, examinando minunciosamente cada rincón del aula, hasta que Ron dio una exclamación.

- ¡Ah!- dijo- ¡mirad lo que he encontrado!- les indicó con el dedo índice un dibujo de un animal, situado en el techo. La pintura ya estaba muy desgastada, pero pudieron ver la silueta de un león. No sabían que debía hacer. La entrada era algo parecido a la de la cámara secreta, pero a menos que Harry supiera rugir o algo parecido... En el mapa tampoco aparecía el pasadizo pero, casualmente, la motita que era Harry parecía tocar con la varita el león y decir: "Avritore vía occulta" Harry se apresuró a tocar con su varita el león y decir las palabras.

- Avritore vía occulta.

Al momento, una gran piedra del techo se desplazó hacia arriba y después hacia un lado, dejando al descubierto una abertura. Al segundo siguiente, cayó una cuerda con nudos, que se ajustaba a la altura del que trepaba por ella. Habían encontrado el pasadizo del Valle de Godric

Capitulo X


Habían encontrado el pasadizo al Valle de Godric. Primero Harry trepó por la cuerda. Lo siguió Ron y después Hermione. Cuando estuvieron arriba, Harry, instintivamente, tocó con la varita la piedra que se había deslizado, la cual volvió a su lugar de origen. Con las varitas encendidas, se hallaron en el centro de una pequeña sala donde ponía con letras grandes y rojas: Sala de Godric Gryffindor. Así que ése era el lugar de paz y tranquilidad de su antecesor, si es que lo era. Todavía no tenía muy claro si él sería el Heredero de Gryffindor. En un lado de aquella habitación circular, había una cama. A la derecha de ésta, una mesita de noche y, a la izquierda, un escritorio cubierto de papeles. En la pared de enfrente de la cama, hacía su inicio un pasillo oscuro, que no parecía tener fin. Hacia allí se digirieron. A pesar de llevar el lumos, éste no les alumbraba más de metro y medio por delante. Hermione, volvió a hacer el hechizo de las velas y el pasillo quedó totalmente iluminado, hasta más allá de donde les alcanzaba la vista: no se veía su final. Andaron durante media hora, sin toparse con nada extraño, en línea recta. De pronto, el camino se cortaba. En lugar de su final, se hallaba el comienzo de un gran tobogán que bajaba casi en picado. Se miraron, y con eso bastó para saber que se tirarían por aquel sitio. Se tiraron. Primero Harry, después Ron y después Hermione. Harry pensó que, si Godric lo había utilizado, no debía de ser peligroso. Al principio, a Harry se le revolvieron las tripas. Iba a gran velocidad, más que cuando salió de la Cámara de los Secretos, agarrado a Fawkes. Cuando las tripas se le calmaron y empezaba a disfrutar del viaje, éste se terminó. Había caído sobre un montón de mullidas... ¿esponjas? No, más bien parecía el relleno de varios colchones. Se levantó para que Ron no cayera encima de él. El viaje, que había durado unos largos 5 minutos, no había sido lo mismo para Ron, quien, mientras se levantaba, maldecía quejándose de los medios de transporte de cuando hicieron el túnel-tobogán aquél. Hermione llegó sin decir palabra, pero se le veía que le temblaban las piernas, a decir verdad, toda ella. Se agarró a Ron para levantarse, a quien al verla frágil y delicada se le había pasado el enfado y la miraba con dulzura y amor. Hermione le dio las gracias. Ahora se hallaban en un pequeño descansillo. De éste, partía una escalera hacia abajo. Naturalmente, de ésta tampoco se veía el final. Cuando Hermione volvió a hacer el hechizo, comenzaron a bajar. 100 peldaños, 200, 400, 500,... ya perdieron la cuenta. Seguía sin verse el final, a pesar del conjuro de velas de Hermione. Estuvieron bajando y bajando peldaños y más peldaños cerca de una hora. Después, éstos cesaron. Ahora se hallaban en otro descansillo del cual partía otro pasadizo. Volviendo a hacer el conjuro de Hermione, caminaron y caminaron. Ya hacía tres horas que habían salido del aula donde en primero se hallaba el Espejo de Oesed. Eran las cuatro de la madrugada, pero no tenían sueño, a pesar de que su cansancio era notable. A los tres cuartos de hora de haber empezado a recorrer ése pasadizo, el túnel se acabó. Los tres estaban con los pies doloridos y llenos de ampollas, así que decidieron quedarse a descansar en el descansillo que seguía al túnel que acababan de atravesar. Si quererlo, al tumbarse, se durmieron. Cuando se despertaron, todos tenían hambre; por lo que Hermione preparó mediante un conjuro un buen desayuno, semejante al que servían en Hogwarts. Tardaron media hora en desayunar. Después continuaron su camino, pero se les presentó un imprevisto: el túnel que continuaba era como el que caía en picado, pero éste subía. Subía en picado.

-¿Cómo lo haremos?- preguntó Ron- ¿cómo subiremos?
- No sé- dijo Harry desanimado- Nos haría falta una escoba. No. Tres. Podríamos volver, pero ya es demasiado tarde. Ya hemos recorrido demasiado camino. Además, al volver se nos presentaría la misma dificultad: el túnel que sube en picado, por el que nos tiramos ayer.- Ron hizo una mueca de disgusto -.

Hermione, pensativa, decía a los otros:
- Si hubiera algo que pudiera transformar en escoba... algo de su mismo tamaño, más o menos...

Y entonces, cuando creían que se habían quedado encerrados para siempre en aquel amasijo de túneles, se le ocurrió la idea:

- ¡Ya está!- dijo Hermione quitándose el anillo- ¡Me lo regaló Víctor!- exclamó con alegría. Ron puso cara de muy pocos amigos. Pero lo siguiente que escuchó le alegró la cara de nuevo: - ¡Le haré el encantamiento aumentador hasta que adquiera un volumen parecido al de una escoba! ¡Entonces lo podré transformar en escoba!
- ¡Buena idea!- exclamó Ron- ¡Admiro tu inteligencia, Hermione!- dijo mirándola. Entonces se hizo más evidente que nunca que le gustaba.- pero... necesitamos tres escobas... y eso sólo supondría una.
- ¡El encantamiento repetidor!- exclamó Harry, resolviendo el problema planteado por Ron- ¡Le haré el encantamiento repetidor dos veces y ya tendremos tres escobas!

Ron y Hermione halagaron a Harry por su buena idea, quien se ruborizó ligeramente.
Hermione puso el anillo en el suelo, sacó su varita y dijo: "¡Engorgio!" El anillo aumentó su tamaño al doble. Repitió el encantamiento siete veces más, cuando consideró que su volumen semejaba el de una escoba. Entonces se concentró y dijo:

- Transformiratum escobipolio anillate engorgiato incantatem.

El anillo se transformó en una escoba. No tenía inscripción, pero parecía tan buena como la Saeta de Fuego de Harry. A éste, ahora le tocaba repetir la escoba. Se quitó las gafas.

- Repetius escobipolio- dijo. La escoba se multiplicó. Ron cogió la doble de la verdadera y Harry volvió a decir: - Repetius escobipolio- se volvió a repetir la escoba. Hermione cogió la otra doble y Harry la que antes había sido un anillo regalado por Krum a Hermione, como muestra de su amor por ella, seguramente.

Cada uno puso su escoba en el suelo, se colocó a su lado, extendió la mano y dijo:

- Arriba.

Se montaron en su escoba, dieron una patada en el suelo, y comenzaron a ascender.

Capitulo XI


Harry iba el primero, así que tenía que tener cuidado de no chocar con el techo. Llevaba la varita encendida en una mano, pero eso no era suficiente. Hermione era especialista en hechizos, encantamientos, pociones y transformaciones difíciles, pero no sobre una escoba, así que iban a oscuras. Cuando llevaba cinco minutos subiendo Harry se empezó a impacientar y pensar si ése túnel no llevaría a ninguna parte, que no tenía fin, que era infinito. Pero no fue así, pues dos minutos después salió del túnel, siempre hacia arriba y encontró que se hallaba en una sala con un alto techo. Estaba extrañamente iluminada, pero no se veía de donde precedía la luz. Dirigió su escoba hacia el hueco de donde había salido y se posó a su lado, mientras gritaba a los otros:

-¡Eh! ¡Ron, Hermione! No hay peligro. Cuando salgáis del túnel aterrizad en el suelo, no sigáis subiendo, pues aunque el techo es muy alto chocaríais.

Desde algún lugar del túnel cercano a él le llegó un gemido y acto seguido, una corriente de aire producida por Ron saliendo del túnel le levantó el flequillo. Medio minuto después salió Hermione. Cuando ambos, Ron y Hermione, se hallaron al lado de Harry, observaron con detenimiento la habitación: parecía una cueva excavada en la roca, húmeda y fría. En un extremo de la habitación, en vez de haber una pared, surgía un túnel, que se estrechaba a la vez que avanzaba. Por aquél túnel llegaba la luz. Decidieron ir por él. Empezaron a recorrerlo, cuanto más avanzaban más estrecho se hacía, así que acabaron yendo en fila india. Al cabo de un cuarto de hora caminando, el túnel empezó a ascender. Después, había unos escalones viejos y roídos por el tiempo que estaban llenos de moho y parecía que no aguantarían el peso de una mosca. Sin dudarlo, subieron por ellos. Parecía que sostenían su peso por arte magia, y Harry así lo suponía. En cinco minutos se hallaban ahora en una salita de diminutas dimensiones, con un agujero en el techo por el que penetraba la luz. A través del agujero se veía el cielo, bastante claro y allí no hacía tanto frío, a pesar de estar en noviembre. Hermione se subió encima de Harry y Ron y salió por el agujero. Cuando le iban a dar los escobas, se les ocurrió una idea. Le dieron a Hermione su escoba. Ron montó la suya y se elevó en el aire, saliendo del agujero. Harry lo siguió. Cuando pasó a través del agujero sintió el aire azotándole en la cara. La agradable sensación desapareció cuando aterrizó sobre el suelo, lleno de hierba. Era un día soleado y corría una agradable brisa. Se encontraban rodeados de montañas y cerca de ellos había un río por el que el agua corría lentamente, chocando con las grandes rocas implantadas en el centro. Al otro lado del río había casas.

 

Capitulo XII


Había casas. Todas estaban envejecidas por el tiempo. Había una medio destruida, que era un poco más grande que las demás. A Harry, al ver la casa, le empezó a doler terriblemente la cicatriz y tuvo de nuevo, aquél recuerdo en el que Voldemort mataba a sus padres, pero más extenso. Ahora, recordaba la escena anterior.

-¿Sabes, hijo? Cada día amo más a tu padre y le odio a la vez- le decía cariñosamente su madre, riéndose, y haciéndole cosquillas. Luego, la ya familiar escena. Voldemort matando a su padre, su madre suplicándole que la matara a ella, que tuviera piedad, la risa aguda fría de Voldemort, y la cegadora luz verde. Todo le pasó por la cabeza en pocos segundos y, al volver a la realidad, se mareó y se desmayó.
Estuvo sin conocimiento, según le dijeron Ron y Hermione, apenas medio minuto: le reanimaron a base de tortas.

-¿Qué ha pasado?- le preguntó Ron ansioso y preocupado a la vez- Te tocabas la cicatriz y luego... bueno...
- Me dolía la cicatriz- explicó Harry- Luego tuve otra vez la visión de Voldemort- Ron y Hermione se estremecieron más que nunca al oír aquel nombre- matando a mis padres, pero más extensa: mi madre me decía que cada día amaba más a mi padres y le odiaba a la vez- y añadió rápidamente- pero lo decía riéndose.
- Pero, si te dolía la cicatriz, eso puede significar... que... - dijo muy nervioso, mirando a todas partes como si pensara que Voldemort se podía aparecer en cualquier momento allí.
- Que Quien Tu Sabes está cerca, ¿no?- terminó Hermione por él. Le temblaba el labio y estaba asustada.
- No- respondió Harry- cuando Voldemort estaba sin fuerzas, antes de yo saber que era un mago, si forzaba la memoria durante horas, también lo recordaba, pero mucho menos más extenso- y añadió para sí mismo más que para los otros- creo que es una señal, un recuerdo de mi niñez, de cuando yo vivía con mis padres, que se ha manifestado ahora porque este lugar me traería recuerdos.

Ron y Hermione se tranquilizaron. Cerca de donde estaban, había un puente que cruzaba el río. Suspendido en el aire por arte de magia, había un cartel que decía: "Río Godric". Eso confirmó sus casi inexistentes dudas de que se encontraban en el Valle de Godric. Se encaminaron hacia el puente y lo cruzaron. A 100 escasos metros de ellos estaba la casa. Pensaron que no debía de ser peligrosa si en ella vivieron los padres de Harry. Se acercaron a ella. Estaba pintada de blanco e inspiraba confianza. Una valla la rodeaba. En la puerta de la valla había una placa donde se leía: "Casa de James, Lily y Harry Potter". Abrieron la puerta, con dificultad. Esa chirriaba y estaba oxidada. Entraron en el jardín: estaba lleno de plantas silvestres (mágicas, según supuso Harry) y hierba seca. Era hermoso, triste y alegre a la vez. Pasaron por un camino de piedras, las cuales estaban cubiertas de musgo. La puerta estaba abierta y parecía llevar muchos años así. Era de madera y tenía dibujos de soles y lunas tallados. Se veía vieja, pero presidencial. Pasaron a través de ella y entraron en una casa, luminosa, de piedra. A la izquierda había una puerta, que daba a la salita del té. En ella había una chimenea con dos sillones cerca y una mesita de mármol, para el té, entre ellos. Encima de la chimenea había un tarrito de cerámica, que descubrieron que contenía, al acercarse, polvos flú. Volvieron al pasillo. A la derecha estaba la cocina. Había un fregadero, una encimera, y una cocina, pero en las que se cocina con magia, como la de la Señora Weasley. También había una mesa para comer, con seis sillas a su alrededor. La cocina era amplia, y, por lo tanto, servía de comedor a la vez. Salieron de la cocina. Al lado de la puerta de ésta, estaban las escaleras de subida al piso superior, pero decidieron explorar primero la planta baja. Al lado de la salita del té, estaba el cuarto de baño. Había una taza de váter, un aseo de manos, una bañera, una ducha y un cambiador para bebés, donde Harry sabía que le cambiaban los pañales. Salieron del baño. Al final del pasillo, cercano a ellos, había otra puerta que, como todas las demás, estaba abierta. Entraron. A la izquierda, una mesa con un juego de quiddich para niños encima y dos sillas. Harry suponía que su padre y su madre se sentarían en ellas y él encima de alguno de ellos. Justo enfrente de la puerta, se hallaba una mesa, con un tablero de ajedrez encima y las fichas tiradas por el suelo. Dos sillas de madera, con la mesa entre ellas, se daban la cara. Su aspecto era conservador.
En la pared, por encima de la mesa de ajedrez, había un reloj como el de los Weasley, pero este tenía tres agujas. En la más larga ponía "James", en la mediana, "Lily" y en la más corta, "Harry". Las de James y Lily se hallaban en "muertos, lo que le pareció una palabra un poco drástica y tétrica a Harry, y la de éste, en "Casa". A la derecha, una chimenea aún mayor que la de la otra salita, debió en sus tiempos alumbrar y calentar a los tres sillones, de color rojo oscuro que estaban cercanos a ella, formando un semicírculo. Encima de la chimenea había apoyado un marco, boca abajo, plateado. Harry se acercó y le dio la vuelta. Eran su madre, su padre y él. Él era un bebé y estaba en brazos de su madre, quien le saludaba animadamente, y movía sus piececitos desnudos mientras sonreía a la cámara. Su padre le saludaba con una mano y con la otra acariciaba la cabecita del bebé. Al lado de la foto, había un pergamino donde ponía: "Ves a tu cuarto, Harry". Firmaban "tus padres". Ron y Hermione lo leyeron por encima del hombro de Harry.
Se encaminaron al piso superior. Subieron las escaleras, las cuales crujían suavemente. Había 15 escalones. "Mis años" pensó Harry. Había cuatro habitaciones. En la de enfrente de las escaleras ponía, en la puerta, con letras doradas: "Habitación de Harry" Al lado de ésta, a la izquierda, había una más pequeña, donde ponía "Cuarto de Baño". En la habitación de la izquierda de las escaleras, ponía "Habitación de James y Lily" y, en la de la derecha, "Cuarto de Invitados". A diferencia de las del piso inferior,, estas habitaciones no tenían la puerta abierta, estaban todas cerradas. Harry fue a su habitación, seguido de Ron y Hermione. Abrió la puerta y miró al interior.

Capitulo XIII

A la izquierda, en el suelo, había tirada una varita de pega y más artículos de broma de Zonko. También había llena una bolsa de golosinas de Honeydukes y un juego para bebés, que no suponía qué podía ser. También en ese lado había un armario cuya puerta estaba abierta: contenía zapatitos y túnicas de tamaño reducido: para bebés. Enfrente había una ventana. A la derecha estaba su cuna, con una colcha de dibujos de varitas, quaffles, escobas, snichs doradas, blugders, jugadores y la afición, todo en movimiento. A los pies de la cuna, había un cajón de madera donde había peluches y juguetes.  

Harry fué hacia el juguete que estaba al lado izquierdo, junto a las golosinas y los artículos de broma. Vio que tenía teclitas de distintos colores: amarillo, verde, rojo, azul, naranja y morado. Se sentó en el suelo, al lado del juguete. Pulsó el amarillo. Una silueta amarilla salió de alguna parte del juguete y fue tomando forma: la de un tigre. En el aire, ahora era como una pantalla suspendida mostrando una película. El tigre iba por la selva y una aguda vocecita dijo:  - Éste animal se llama tigre. Vive en la selva y ruge. Ruge, tigre- rogó la voz -.- Grrrr- rugió el tigre. La imagen se disolvió y Harry pulsó el rojo. Ésta vez salió la silueta de una rosa roja, mecida por el viento, y la voz volvió a hablar: - Ésta flor se llama rosa y las hay de muchos colores. La imagen desapareció. Harry optó por no pulsar más botones, pues era obvio que eso no era lo que sus padres querían que encontrase. 

Al levantarse se tropezó con el cordón del zapato derecho, el cual se había desatado. Para no caerse se agarró al armario, fijando su vista en la ventana. Entonces descubrió un pergamino que antes le había pasado desapercibido. Estaba apoyado en la ventana. Retiró el pergamino del poyete y se dispuso a doblarlo, después de sentarse en el suelo con Ron y Hermione, un a cada lado, ajustarse las gafas y respirar hondo. Lo comenzó a desdoblar. Lo desdobló seis veces, hasta que el pergamino quedó desdoblado por completo. Estaba escrito por una cara totalmente y, al darle la vuelta, comprobó que media de la otra también. Ambas estaban escritas en tinta verde. Las tres primeras líneas estaban escritas con una caligrafía muy cuidada, al igual que la última media parte de esa cara y toda la otra cara del pergamino, que le recordaba a la de Hermione. Supuso que sería la de su madre, pues por norma general las chicas que él conocía cuidaban más la caligrafía que los chicos. La primera media parte de la cara rellenada completamente, exceptuando las tres primeras líneas, era de una letra menos cuidada, aunque demostraba el empeño de su escritor en que le saliera bien y legible. Observó que el pergamino en cuestión estaba redactado en forma de carta y, muy emocionado, comenzó a leer. 

Querido Harry:

CONTINUACIÓN!!!!

Capitulo XIV


Querido Harry:

Hola, cariño. Somos tus padres. Lo primero que queremos decirte es que te
queremos, aunque estemos muertos. Ahora que lo lees, estamos muertos, pero
cuando lo escribimos, estabamos vivos.
Ésta carta es desveladora para ti, porque supongo que Dumbledor no te habrá
dicho nada. Yo, tu padre, soy descendiente de Godric Gryffindor por parte de
padre, y, por lo tanto, tú también lo eres. Eso te dará la respuesta de por
qué Voldemort iba tras nosotros: éramos su mortal enemigo. No sé si lo
sabrás, pero Voldemort es descendiente Salazar Slytherin. Godric Gryffindor,
quien vivió en el castillo de al lado de ésta casa, se convirtió en enemigo
de Salazar Slytherin cuando descubrió que había creado de la Cámara de los
Secretos para  eliminar a los magos hijos de muggles: sangre-sucia, como los
llamaba vulgarmente. Desde ése día todas las generaciones descendientes de
Godric y de Slytherin han luchado contra la otra para eliminarla. De éste
modo nosotros luchamos contra Voldemort, pero nos pudo. Ésta historia es
importante y nos la hemos ido transmitiendo de padres a hijos, e igual
deberás hacer tú: cuando tus hijos alcancen la edad de 15 años deberás
contarles toda la verdad sobre sus antecesores. También he de decirte que
éste pueblo, llamado "Río de Godric", que fue quien lo fundó, sólo ha sido
habitado por los descendientes de Godric y únicamente lo pueden habitar
ellos y la persona a la que le entreguen todo el amor de su corazón, su
pareja, y sus hijos. Ahora tu madre pasa a aclararte por qué sabemos que
estamos muertos en el momento que lees esto y la pequeña historia de ése por
qué. Te quiero.

Hola, hijo. Soy tu madre. Antes de nada, quiero decirte que te quiero y que
aunque esté muerta te sigo a todas partes y te protejo en lo que puedo.
Un día, en primavera, cuando nosotros vivíamos en Hogsmeade llegó un niño de
quince años que se parecía a James, acompañado de otro hico y una chica.
Aparecieron cuando tú tenías medio año. Resultó que ése niño eras tú en el
futuro, que venía prevenirnos. Nos contaste que Lupin no era el espía, que
era Pettigrew y que hiciéramos guardián a Sirius. Cuando te fuiste nos
dijiste que nos mudáramos a otro lado, así que elegimos éste pueblo, además
que desde los 24 años nos convenía vivir aquí, por orden expresa de Godric
hacia James y Lily Potter: nosotros. Godric tenía un gran talento para la
adivinación. Ésta orden de que viviéramos aquí desde esa edad como mínimo se
transmitió de generación en generación, hasta nosotros junto con lo que te
dijo antes tu padre. Te preguntarás: si les dije que hicieran las cosas de
esa manera, con Sirius como guardián, ¿por qué no están ahora a mi lado?
Cuando nos mudamos tuvimos tiempo para pensar y llegamos a ésta conclusión:
si cuando tú viniste a prevenirnos del futuro, en tu presente estabamos
muertos, era porque estaba escrito en el destino y debía ser así. Entonces
tu padre, Sirius y yo convenimos que lo mejor era dejar las cosas tal como
te habían sucedido, porque si no, si cambiábamos el destino, algo muy grave,
una gran catástrofe, podría suceder. No debíamos cambiar nada o las
consecuencias serían terribles. Ésa es la razón por la que estás ahora lejos
de nosotros, físicamente. Te rogamos nos perdones, porque seguramente
pensarás: "preferiría estar con mis padres y que ocurriera lo que tuviera
que ocurrir". Pero esa actitud es egoísta y no pienses que a nosotros no nos
gustaría estar contigo, porque daríamos la vida por ello si el mundo no
pudiera ser destruido por ello. Además: sólo una magia muy, muy poderosa
podría interferir en el destino y cambiar los hechos pasados. Recuérdalo. Se
despiden:

     Tu madre.                    Tu padre.                  Tu padrino.


A Harry le brotó una lágrima, a la que siguieron otras muchas más. Ahora
todo encajaba: por eso Voldemort dijo que su madre no tenía que haber
muerto; por eso sus padres antes vivían en Hogsmeade. Por la ventana se veía
un castillo, que antes les había pasado desapercibido: el de Godric. Todo
encajaba, menos una cosa: él en realidad no había viajado en el giratiempo a
advertir a sus padres, sólo había sido un sueño. Ron y Hermione también
lloraban y se hacían la misma pregunta que Harry, ¿como podía haber
sucedido?, e igual que él, se quedaban sin respuesta. Los pensamientos de
Harry se mezclaban unos con otros, tejiendo una gran maraña que Harry no
podía desenmarañar. Ahora sí sabía lo útil que le era el pensadero a
Dumbledor. Hablando de Dumbledor...

- ¿Qué creéis que pensará  el colegio que nos ha pasado?- preguntó a Ron y
Hermione.
- Que nos habrá raptado Quien Tu Sabes, supongo- respondió Ron, mientras se
limpiaba las lágrimas disimuladamente.
- Puede que Dumbledor y McGonagall crea que hemos encontrado el pasadizo y
lo hemos seguido- dijo Hermione.

Estaba anocheciendo y los tres estaban agotados y desnutridos, por lo que
Hermione bajó a la cocina y preparó una exquisita cena. Luego, hizo aparecer
por medio de un conjuro tres sacos de dormir. Se metieron en sus sacos y se
durmieron casi antes de que su cabeza topara con la mullida almohada, no por
falta de misterios que desenmarañar ni algo en que pensar, sino por el
excesivo agotamiento.

Capitulo XV

Se despertaron al amanecer, bastante hambrientos, a pesar de todo. Hermione
bajó e hizo el desayuno en la cocina, del que terminaron más reconfortados.
Dejaron la habitación de Harry y fueron a ver la de sus padres. Abrieron la
puerta. Entraron en una habitación de paredes pintadas de amarillo, con
cuadros donde figuraba Harry moviéndose. En unos estaba solo y en otros con
sus padres y, en uno, estaba en brazos de su padrino, el supuesto asesino
Sirius Blak. Había una cama de matrimonio bastante grande, cuya colcha
estaba hinchada con magia, lo que los muggles sustituían por plumas, que
hacían el mismo efecto, pero quedaba peor. Salieron de allí. Entraron en el
cuarto de baño, que estaba compuesto por una taza, un lavabo, un cambiador y
una bañera. El cuarto de invitados lo formaban una cama, una mesilla de
noche, un mueble con cuatro cajones y un armario. Harry supuso que más de
una vez Sirius habría dormido sobre aquella cama.
Bajaron por las escaleras al piso inferior, salieron de la casa y miraron el
majestuoso castillo en el que antes no habían reparado, el de Godric,  y
Harry dijo:
-¿Entramos?
-Sí- dijo Ron.
-¿Por qué no?- aceptó Hermione.

Harry se dio cuenta que desde la salida del castillo por el pasadizo apenas
había hablado con Ron y Hermione, así que preguntó:
-¿Qué pensáis?
-¿Sobre qué?
- Lo del Heredero de Gryffindor y todo eso.
- Es... no lo sé- dijo Ron.
- Es algo... nuevo- respondió Hermione- en fin, supongo que debía ser así,
pero, Harry, ¿tú viajaste en mi giratiempo para advertirles?
- No.
- Bueno, desciframos cosas y añadimos a la lista de "pendientes" otras-
sentenció Ron.

Entre tanto, ya habían llegado a las puertas del castillo, traspasado la
verja y llegado a la puerta principal. La abrieron. Entraron en un castillo
donde olía a moho. Era un castillo de mediana estatura. Estaba decorado en
rojo y dorado. Tenía una cocina, dos salones y dos cuartos de baño en la
planta baja, y cuatro dormitorios y la entrada a cada una de las cuatro
torres del castillo en la alta. En los dormitorios todo era normal, al igual
que en la planta baja. No sabía exactamente qué buscaban, pero tenía el
impulso de encontrar algo. Decidieron primero entrar a la torre Este. La
puerta estaba cerrada.

-Alohomora- susurró Harry y la puerta hizo "clic" y se abrió con un
estremecedor chirrido. Había una escalera de caracol. La subieron y llegaron
a una puerta, la cual se abrió sin necesidad de utilizar la varita. Ahora se
encontraban en una habitación con una cama, un armario, cuadros, etc.: el
dormitorio de Godric. Al otro extremo de la habitación había otra puerta.
Harry vaciló y, cuando iba a volverse para interrogar a Ron y Hermione con
la mirada oyó una música: el canto del fénix. Le decía que abriera la
puerta. Se lo comunicó a Ron y Hermione, quienes no habían escuchado nada, y
 abrieron la puerta. Allí, detrás de la puerta, con los ojos cerrados y
petrificado, se encontraba un...
-¡¡Un grifo!!- exclamó Hermione- es un animal llamado Grifo que como veis,
tiene las patas delanteras y la cabeza de un águila gigante y el cuerpo de
un  león. El Ministerio de Magia lo clasifica como XXXX: peligrosa, requiere
conocimientos especiales, sólo magos experimentados pueden manejarlos. Lo
leí en "Animales Fantásticos y dónde encontrarlos". Lo que no entiendo es
como puede estar congelado si estamos por encima de los 0º y cómo puede
haber sobrevivido 1000 años, que es lo que hace que Godric Gryffindor murió.

De pronto abrió mucho los ojos y exclamó:
- ¡Ya lo tengo! 

CONTINUACIÓN!!!!!!!

¡Ya sé lo que significa Gryffindor! "Gryffin" significa
grifo, que es el animal del que hemos estado hablando, y "dor" significa
condado, así que Gryffindor es condado del grifo. Este pueblo debió llamarse
en tiempos de Godric "El condado del Grifo", porque Godric inventó el grifo.
Pero no... es imposible, el libro dice que surgieron en Grecia... ¡¡es
posible!! Se sabe que Godric estuvo en Grecia porque encontraron las cartas
que este le mandaba a su madre. Entonces, si para ir a Grecia utilizó como
medio de transporte el grifo, aunque se suelan utilizar para proteger
tesoros y todavía el Ministerio de Magia no sabía de su existencia, puede
que se reprodujera con otro creado por Godric en Grecia y se creyera que
surgieron allí. Si no me equivoco, el primer grifo lo creó en este pueblo,
de ahí su antiguo nombre, y , al crearlo, convirtió el pueblo en inmarcable.

Harry y Ron miraban atónitos a Hermione, quien había hecho más deducciones
en los últimos cinco minutos que en el resto de su vida.

-Entonces- prosiguió- cuando crearon la escuela lo congeló, pero no sé cómo
ni para qué. Puedo intentar el "Finite Incantatem" para descongelarlo.
-Sí- pidieron Harry y Ron

Hermione sacó su varita y apuntando al grifo dijo:
- Finite Incantatem.

El grifo dio una sacudida y se desperezó, como si acabara de salir de un
estado de letargo que hubiera durado un milenio, lo cual era cierto. El
animal, a pesar de que su parte trasera fuera de león, era menos violento
que un hipogrifo. Se dirigió hacia ellos y levantó la garra derecha, en
señal de saludo y son de paz, al notar la inquietud que Harry, Ron y
Hermione sentían. Bajaron con el grifo por la escalera de caracol.
Decidieron entrar ahora a la torre oeste.

- Aloho... - empezó Harry, pero el canto del fénix le interrumpió diciéndole
que no entrara. Lo mismo sucedió con la torre norte y la sur. Hicieron caso
a Fawkes, pues siempre había deseado lo mejor para Harry y le había ayudado.
Salieron del castillo con el grifo. De pronto, las escobas que llevaban Ron
y Hermione desaparecieron: había finalizado el encantamiento repetidor.
Harry le dio la suya a Hermione, quien la hizo el "Finite Incantatem" y
volvió a ser el anillo aumentado. Con un "reduccio" lo devolvió a su tamaño
natural y se lo puso en el dedo corazón de la mano derecha.
-¿Y ahora cómo vamos a salir del castillo?- preguntó Ron, mirando el anillo.
- Obvio, ¿no?- contestó Hermione y al ver su cara de no entender dijo: -
montados en el grifo.
Ron se estremeció como si acabaran de pronunciar el nombre de Voldemort y
tragó saliva.
Como si lo hubiera entendido, el grifo se inclinó para que se subieran sobre
su lomo de león. Se subieron. Harry se agarró al cuello del animal, Ron a él
y Hermione a Ron. El animal arrancó el vuelo, que resultó ser como el del
hipogrifo.

-¿Cómo sé a dónde debo dirigir el grifo?- preguntó Harry, pero el grifo
parecía conocer el camino, como si lo tuviera marcado desde hacía siglos.


CONTINUARÁ... (por helena)

Nota: que nadie se moleste en continuarlo, puesto que todo está en mi cabeza
y solo me falta pasarlo a papel y a la compu. Sólo hace falta un poquito de
paciencia.


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