Esta maga escritora no sabe como continua su historia...a ver quien es el mago que puede continuarla!

Hogwarts ya se acaba... pero una nueva aventura comienza

Celia Valdivia Parra, una maga escritora.

1º parte

 

Tras haber derrotado por sexta vez a Lord Voldemort, una semana antes de que acabara su séptimo curso en Hogwarts, Harry llegó a pensar que por fin podría llevar una vida tranquila y feliz. Pensaba en ir a Rumania, donde Charlie Weasley seguía trabajando, a cuidar dragones junto a  él, pues, gracias a Hagrid, en los últimos dos años le habían empezado a encantar los dragones. O quizás siguiera el consejo de su viejo amigo Moody, haciéndose auror...

Ron, que había ayudado a Harry y los demás contra Lord Voldemort, estaba también muy contento junto a su novia de Hufflepuff Cho Chang, y pensaba estudiar Defensa Contra las Artes Oscuras y dar clase en Hogwarts.

Hermione, por su parte, aspiraba a trabajar en el Ministerio de Magia y todos pensaban que lo conseguiría, tras ganar 2 premios anuales seguidos, ser prefecta de Griffindor durante 3 años y conseguir trece MHB (Matrículas de honor en brujería) en su último curso.

Pero todos estos felices propósitos se vinieron abajo el último día del colegio, en la fiesta de despedida habitual a los alumnos de séptimo.

Eran las doce de la noche, y una alegre música continuaba haciendo bailar a todos desde las 10 de ese día, cuando una mano tocó el hombro de Harry, que en ese momento bailaba “Suelta la escoba, y ven aquí” con Ginny Weasley. El muchacho se volvió:

-Profesor Dumbledore –dijo.

-Sí, Harry... ven un momento.

Harry notó en la cara de preocupación del director que algo malo pasaba...

Siguió a Dumbledore hasta la entrada de su despacho:

-Pudín de frambuesa y pepinillo asado –dijo el profesor y la estatua que tapaba la puerta se hizo a un lado.

Harry ya había estado varias veces en el despacho de Dumbledore, pero no dejaban de sorprenderle los aparatos y cosas extrañas que había dentro. Lo que aquella vez vio al entrar también le sorprendió: dentro de la habitación circular y sentado en la silla de detrás de la mesa estaba... Remus Lupin.

Harry no veía al amigo de su padre desde que, con su ayuda y la de algunos otros, habían derrotado a Voldemort, así que al verlo se alegró mucho... pero pronto se dio cuenta que no era tiempo de alegrarse.

-Hola, Harry –dijo Lupin, sin una pizca de alegría en su voz.

-Hola... –contestó él.

-Eh... –dijo entonces Dumbledore- Lupin nos ha traído muy malas noticias, Harry...

-Sí –interrumpió Lupin- han vuelto a atrapar a Sirius, Harry. Está otra vez en Azkabán.

A Harry se le cayó el cielo encima... Sirius, otra vez en Azkabán, ¿cómo podía ser?. Llevaba mucho tiempo escondiéndose y no lo habían encontrado, ¿por qué ahora sí?; y, además, el Ministerio de Magia casi había reconocido su inocencia, tras su ayuda en el enfrentamiento contra Voldemort.

-Pero eso no es lo peor de todo... –continuó hablando Lupin- Lo peor de todo es que el Señor Tenebroso, tras su cobarde huida, ha conseguido llegar hasta los dementores.

-¡¿Qué?! –gritó Harry.

-Sí, Harry, siento decírtelo, pero es así. El Señor Tenebroso ha llegado a los dementores o, si no lo ha hecho ya, está a punto de hacerlo... creo que está pensando en una venganza contra Sirius.

Tras pensar un poco en todas las noticias que Lupin le había transmitido, Harry preguntó:

-¿Y cómo han atrapado a...?

Pero fue interrumpido por Dumbledore, que habló con voz fuerte, pero no muy alta:

-¿Una venganza contra Sirius, dices? Me temo, amigos míos, que no se vengará tan solo de Sirius –a Harry le sorprendió la serenidad de su voz- Me temo que ha empezado por él porque pensó que, tras su estancia con los dementores, estaría más debilitado que los demás. Espero, por el bien de nuestro amigo, que no sea así...

-No lo será, Albus –dijo Lupin- Sirius es muy fuerte... Pero, ¿quieres decir que, después de vengarse de Sirius, vendrá a por nosotros? –Harry sintió un escalofrío tras ver a Dumbledore asentir con la cabeza e ir bajando la mirada hacia el suelo.

Harry pensó en Sirius, solo en su celda de Azkabán, e haciendo grandes esfuerzos para que el poder de los dementores no actuara sobre él... ¿cómo lo habrían atrapado?.

-Y, profesor Lupin, -dijo, dirigiéndose a Remus, a quien todavía llamaba profesor- ¿cómo han conseguido atrapar otra vez a Sirius?

-De esto no estoy muy seguro –dijo Lupin, negando con la cabeza- parece ser que alguien denunció algo contra él y dijo al Ministerio dónde se ocultaba.

>> Fue arrestado unas 20 Horas después de que huyera el Señor Tenebroso. No sé si recordaréis que, tras vencerlo, Sirius y yo nos fuimos, mientras que vosotros os quedásteis aquí. Bien, pues unas horas después, también nos separamos nosotros. Yo me fui a Hogsmeade, a un hostal para pasar la noche y luego emprender mi viaje hacia Australia. Y él... bueno... no sé dónde fue. A la mañana siguiente, mientras desayunaba, llegó corriendo Mundungus Fletcher acompañado de Fred Weasley, que, como sabéis, trabaja en el Ministerio, diciendo que los dementores lo habían cogido sobre las cinco de la madrugada y se lo habían llevado directamente a Azkabán.

-¿Les preguntaste que cómo se habían enterado? –dijo Dumbledore con los ojos entornados.

-Claro. Dijeron que Fred había oído unos comentarios sobre Sirius. “El denunciante tenía pruebas contra Black, las vimos todos...” “Y si no es culpable, ¿cómo piensas que el-que-no-debe-ser-nombrado pudo huir de Dumbledore, Potter y los demás? ¡Él le ayudó!, ¡impidió que lo mataran!”. Cosas así oyó Fred, y ya estaba claro que lo habían cogido. Por si acaso, le preguntó a los que charlaban, pero, como es solo es su segundo año en el Ministerio y este caso no afecta a su departamento, no le quisieron dar detalles. En ese momento, llegaba Mundungus Fletcher al Ministerio a arreglar no-sé-qué papeleos y Fred le contó lo que pasaba. Corriendo los dos vinieron a Hogsmeade, donde me encontraron y me lo contaron.

-¿Y cómo sabes lo de que Voldemort va hacia Azkabán? –preguntó Dumbledore, asintiendo con la cabeza.

-De eso me enteré en Las Tres Escobas. Resulta que al pasar por delante del bar, vi a Lucius Malfoy, que hablaba con unos hombres altos y corpulentos...

-Debían ser Crabbe y Goyle –dijo Harry.

-...como alardeando de lo que sabía, les contaba que el Señor Tenebroso iba camino de Azkabán, para aliarse con los dementores y que pronto pediría ayuda a los mortífagos para derrotar a Potter... –dirigió una mirada a Harry.

-Sí, Harry, creo que, antes de nada, los mortífagos y Voldemort irán a por ti –dijo Dumbledore preocupado, mientras Harry sentía un escalofrío– Y, otra cosa, Remus, ¿por qué no has venido antes?

-Eso es lo que estaba diciendo, Albus. Lo que pasó a continuación fue que esos asquerosos mortífagos me vieron y me echaron una especie de maldición, que hizo que de cuello para abajo, no tuviera músculos...

-Sí, la maldición Trismecaoide musculuturias...

-En efecto, esa fue. Estuve en una enfermería hasta hoy a mediodía que me recuperé y vine corriendo...

Parecía que Dumbledore ya no tenía más preguntas que hacer. Calló un momento, y luego dijo:

-Bueno, amigos. Parece que Voldemort no se rinde: ahora, con la ayuda de los dementores y sus mortífagos, se hará más fuerte en menos tiempo... aunque, todavía, tiene que recuperarse. Tenemos tiempo que hacer algo –Lupin y Harry asentían con la cabeza- Antes de nada, rescatar a Sirius de Azkabán, lo cual será un poco dificil, pero creo que podremos hacerlo... con ayuda. ¡Harry, ve a buscar a Ron Weasley, Hermione Granger, Neville Longbotton y Ginny Weasley!

Harry salió corriendo de la habitación, hasta llegar al Gran Comedor, donde todo el mundo seguía bailando “Con un encantamiento”. Intentando no pensar en el pobre de Sirius, ni en todos los líos que le esperaban, buscó a Neville y Hermione que estaban bailando en medio de la pista, a Ginny que charlaba con Seamus Finnigan y Parvati Patil, y a Ron que hablaba con Cho en una mesa.

-Chicos –dijo- venid. Es un asunto MUY importante...

Unos minutos después, estaban todos en el despacho de Dumbledore, y este los ponía al corriente de todo lo que había pasado.

-Está bien... –dijo el director- vamos a ver, necesitamos que cada uno haga una cosa distinta. Escuchadme bien: Ginny, tú irás mañana por la mañana temprano al Ministerio a hablar con tus hermanos Percy y Fred y con tu padre, para que vengan cuanto antes. Se lo contarás todo, les dirás que se den prisa, y volverás al colegio. Neville, necesitamos que encuentres una hierba que tenga el poder de crear espejismos; tú eres muy bueno en herbología, así que lo conseguirás, ¿de acuerdo?. Hermione, tú intentarás contactar con Ojoloco Moody por medio de encantamientos, trucos y lo que creas conveniente para que puedas hablar con él lo antes posible. Le dirás que venga a Hogwarts antes de pasado mañana. Será difícil, seguro, pero también es seguro que lo conseguirás. Y, por último, Harry y Ron: vuestra parte es muy importante, tendréis que diseñar un plan para entrar en Azkabán y rescatar a Sirius. Mientras tanto, Remus y yo nos encargaremos de averiguar quién denunció a Sirius y que cargos tiene contra él. Intentad que para pasado mañana esté todo preparado.

Cuando Dumbledore terminó de hablar, todos fueron saliendo de la habitación, hasta que solo quedaron dentro Remus Lupin y él mismo.

-Albus... ¿crees que lo conseguiremos?

-Sinceramente, Remus... sinceramente, no lo sé.

 

 

Espero que alguien piense la 2ª PARTE de este Giratiempo, y la mande. ¡Me encantaría leer como termina la historia que me he inventado, pues no tengo ni idea de lo que pasará!

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